Se le conoce al Valle del Cauca como la región de la salsa y las mujeres lindas, sin duda lo es, pero también tiene otros ingredientes que lo hacen una región con un sabor muy especial.


Este departamento al occidente de Colombia se caracteriza por tener la mayor producción de caña, cientos de hectáreas hacen parte de las siembras que vimos brillar con un sol radiante que nos calentaba y hacia sudar, un olor extraño nos recordó la canción del grupo Guayacán, “… Si huele a caña, tabaco y brea..” y es que en realidad es un aroma diferente único en este lugar.

Los trenes cañeros, que son camiones que arrastran vagones rebosados de las dulces ramas, desfilan imponentes por la panamericana (Tuluá – Cali), las fabricas de los ingenios azucareros se les ve como pequeñas ciudades entre un mar verde amarillento que forman los largos cañaduzales.



Andamos por vías secundarias, esas de caminos destapados y empolvados, los vagones por allí los arrastran tractores de ruedas grandes, pero además de transportar caña sentimos que nos transportaban en el tiempo, sobre todo cuando los veíamos pasar frente a antiguas haciendas la: «Piedechinche» y «El paraíso», casas del siglo XVIII donde vivieron ostentosas familias de la época de la colonia, haciendas con miles de hectáreas, lujosos jardines y riachuelos que servían para limitar el paso de los animales.



Hoy en día en la hacienda “Piedechinche” se ubica el Museo de la caña, un lindo lugar ubicado entre el municipio de Palmira y Cerrito, recomendado visitar no solo por sus jardines y por la casa antigua sino por que rinde homenaje a todos quienes han desarrollado la actividad de la caña en Colombia, un lugar muy bien conservado que mantiene autentica la arquitectura y el contenido de las casas quintas de otros siglos, el museo es un paseo entretenido que recrea la historia y evolución del «trapiche» un artefacto que sirve para extraer los jugos de la caña y que empezaron siendo rústicas maquinas de madera manuales o movilizadas por animales, hasta modernos equipos hidráulicos macro-industriales,  el trabajo de la caña por todas las regiones de Colombia.



Más allá pero por la misma vía, visitamos la Hacienda “El Paraíso”, emblema nacional, la del billete de cincuenta mil pesos, la que inspiró a Jorge Isaacs para su novela “La Maria”, sus jardines y conservación histórica la hacen un escenario preciso para postales o fotografías de nupcias y quinceañeras como nos pudimos encontrar.



Un lugar diferente, una experiencia diferente y un momento diferente, sin salsa ni fiesta, pero con alegría que solo la naturaleza puede dar.


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Se vale soñar… Viajar nos apasiona y nos hace felices. Somos Yudy y Juan Ma dos colombianos viajando por Suramérica a bordo de un Renault Twingo, acompañanos!


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